¿Ha tratado de hacer una lista de compras y no se le ocurre nada? ¿Qué tal cuando se le queda viendo al menú al ir a comer un almuerzo rápido y se le queda la mente en blanco? Esto nos sucede a la mayoría de nosotros. La próxima vez que se encuentre en esta situación, piense en:

1. ¿Qué es lo que suena bien? Si no hay un artículo en particular que se le ocurra, use sus sentidos para que le guíen. ¿Se le antoja algo crujiente? ¿jugoso y refrescante? Quizá suene mejor algo suave y caliente. Una vez que a algo suena agradable, piense en las comidas que se le ocurren y de ahí partimos.

2. ¿Cómo se siente?  ¿Y cómo se quiere sentir? Si tiene un día o semana ocupados (como la mayoría), considere lo que le dará la energía que necesita para hacer las cosas importantes. 

3. ¿Qué hay disponible para usted? A veces no podemos comprar o hacer exactamente lo que queremos comer. Puede ser un día muy ocupado o quizá hay comida en la despensa o refrigerador que se tiene que usar antes de hacer la siguiente compra. Necesitamos tomar decisiones inteligentes sobre con los alimentos con base en lo que mejor se adapta a nuestras necesidades.

Estos son algunos ejemplos.